Se entiende como desechos sanitarios o residuos hospitalarios a todos aquellos que terminaron su vida útil y que, por su composición, su combinación con otros residuos o el uso que se les ha dado es imposible o se dificulta separarlos para reaprovecharlos, ya sea reciclando, reparando o remanufacturándolos.

Entre los desechos sanitarios podemos encontrar:

• Pañuelos usados.
• Guantes de látex.
• Cepillos dentales.
• Papel de baño.
• Toallas sanitarias.
• Pañales.
• Plásticos de difícil aprovechamiento.
• Plásticos con aditivos degradantes (oxo, foto y termo degradables).
• Poli papel.
• Otros como calzado, hule, bolígrafos, plumones, lápices, chicles, filtros de aire y agua, filtros de aspiradora, colillas de cigarros.

Esta clase residuos van en la categoría de inorgánicos no reciclables que, de acuerdo con lo que dice la norma NADF-024-AMBT-2013, se debe poner en el contenedor color naranja o marcarlos como residuos “no reciclables sanitarios” para que cada lunes, miércoles, viernes y domingo, se los entregues al camión recolector.

Como es de esperarse, siempre hay un “pero” y, en este caso, es que algunos de estos residuos se tienen que manejar diferente por el simple hecho de que son potenciales focos de infección. Es el ejemplo clásico del papel higiénico usado y las heces de mascotas, pues desarrollan bacterias que pueden causar enfermedades estomacales y respiratorias cuando se ingieren o respiran.

Por eso, lo recomendable es que el papel higiénico se deposite en el excusado y no el bote de basura, así no se expone la salud de nadie. Para las heces de mascotas, lo ideal es que entre menos recursos uses, mejor. Es decir, procurar no usar bolsas, en cambio se puede usar papel higiénico, una pinza recogedora para levantarlas y desecharlas en el excusado. «