Seguro te has preguntado alguna vez qué pasa con todos los residuos que generamos todos los días en la Ciudad de México. Bueno, aquí te lo explicamos de manera sencilla.

Primero debemos entender los tipos de residuos en la Ciudad de México que son: orgánicos (frutas, verduras, plantas, etc.), inorgánicos reciclables (botellas de refresco, latas, vidrio, etc.), inorgánicos no reciclables (papel higiénico, colillas de cigarros, pañales, etc.), manejo especial y voluminosos (electrodomésticos, baterías, electrónicos, etc.).

Ahora que conoces los tipos de residuos, es importante reconocer que cuando los tiramos al bote, no desaparecen mágicamente, pueden terminar invadiendo nuestras calles, coladeras, bosques y mares. Sin embargo, si hacemos bien la tarea de separarlos, lograremos minimizar los impactos de éstos en el medio ambiente y que cada tipo de residuo llegue al lugar correcto.

La ruta

La Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA) destaca que hay residuos que pueden tener un uso después de desecharlos: los orgánicos se vuelven composta para alimentar los espacios verdes de las distintas alcaldías y utilizarse en la agricultura, y los inorgánicos reciclables se reincorporan a la cadena productiva para su reprocesamiento.

Una vez que los residuos salen de casa y los entregamos al camión recolector, la mayoría de las veces se van a una estación de transferencia en donde el camión recolector descarga los residuos en otro vehículo más grande para optimizar el transporte a los centros de selección o depósito final de los residuos.

Los residuos orgánicos se van a una planta de compostaje, donde se transforman en abono. En la Ciudad de México existen plantas de composta en Bordo Poniente, San Juan de Aragón, Álvaro Obregón, Cuajimalpa, Iztapalapa, Milpa Alta y Xochimilco.

De acuerdo con el Inventario de Residuos Sólidos (2022), el total de residuos enviados por las alcaldías a las estaciones de transferencia es de: 6,784.16 toneladas de residuos al día, de las cuales, 88.49% es inorgánica; 10.38% orgánica y 1.12% pertenece a los residuos de poda.

Los inorgánicos se van a la planta de selección donde se separan los que se pueden revalorizar e incorporar de nuevo a las cadenas productivas: plástico, papel, cartón, aluminio, entre otros.

Es así como la separación que hacemos desde casa no solo sirve para identificar qué residuos pueden tener una segunda vida, sino para cuidar a los trabajadores de limpia y recolectores, quienes hacen la división de los residuos en los centros de selección, ya que si mezclamos residuos orgánicos con inorgánicos hacemos más difícil la tarea de quienes ya están expuestos a focos de infección y contagios de enfermedades.

Una vez que salen de las plantas de selección, los desechos terminan enterrados en rellenos sanitarios.«